Catedral signo de comunión diocesana
¿Qué es el año jubilar?
Un año jubilar es una oportunidad para fortalecer la fe, través del reconocerse pecador, arrepentirse, confesar los pecados, perseverar en la conversión y renovar el compromiso como discípulos misioneros de Jesucristo.
Es un tiempo de perdón general abierto a todos, para renovar la relación con Dios y el prójimo.
El año jubilar también es llamado Año Santo, que es un año donde se otorgan gracias espirituales a los fieles católicos, quienes deben de cumplir determinadas condiciones.
La celebración del año jubilar, es recordar el ideal de sociedad y los beneficios que se obtuvieron, además, es una oportunidad para reflexionar sobre la realidad que vivimos (hambre, pobreza, violencia, discriminación, migración, destrucción de la naturaleza…); cómo estamos llevando nuestra practica de fe y cómo es nuestra respuesta ante los desafíos que la realidad nos presenta en nuestro diario vivir.
Este año jubilar es Una oportunidad para reafirmar nuestro ser discípulos misionero, abrazando el proyecto diocesano de vida y misión: «Hacia Una Vida Plena” el cual debe ser reflejado en las realidades sociales que nos tocan vivir.
Para poder fortalecer nuestra experiencia de fe en este año santo se nos invita a:
- Asumir desde nuestro ser discípulos misioneros, nuestro compromiso ciudadano a través de una participación consciente y responsable,
- A Hacer peregrinación a un templo jubilar.
- Realizar el sacramento de la Reconciliación o Confesión, tomando en cuenta todos los pasos que este conlleva.
- Participar en la celebración de la Eucaristía y recibir la comunión.
- Realizar oración por las intenciones del Papa y el proyecto diocesano de vida y misión: «Hacía Una Vida Plena” rezando un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria.
¿Por qué celebramos el año jubilar entorno al Templo de Catedral de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen?
La construcción del Templo de Catedral fue el resultado de un largo proceso, luego de los terremotos de 1,795 y 1,816 y de una época difícil a nivel político, esta construcción fue inaugurada el 8 de diciembre de 1,874.
En diciembre 2,024 con mucha alegría y agradecimiento a Dios se celebran los 150 años de Catedral, signo visible de nuestra fe como huehuetecos. Por tal motivo, según el Protocolo
Número 1017/22/1 del Escudo de la Santa Sede de fecha 29 de marzo de 2,023, se ha concedido a la Iglesia Catedral bajo el título de Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, uno de los tesoros: la indulgencia plenaria 08 de diciembre de 2,024, después que ésta fuera solicitada. Con la alegría y la gracia de la fe como pueblos huehuetecos y con la protección de María Inmaculada, debemos de reconocer y fortalecer nuestra identidad como discípulos misioneros y ser esa Iglesia Diocesana que día a día desde la familia, comunidad, región, parroquia y decanatos va construyendo vida plena.